Madrigal escrito en invierno (poema de Pablo Neruda)


En el fondo del mar profundo,

en la noche de largas listas,

como un caballo cruza corriendo

tu callado callado nombre.


Alójame en tu espalda, ay refúgiame,

aparéceme en tu espejo, de pronto,

sobre la hoja solitaria, nocturna,

brotando de lo oscuro, detrás de ti.


Flor de la dulce luz completa,

acúdeme tu boca de besos,

violenta de separaciones,

determinada y fina boca.


Ahora bien, en lo largo y largo,

de olvido a olvido residen conmigo

los rieles, el grito de la lluvia:

lo que la oscura noche preserva.


Acógeme en la tarde de hilo

cuando el anochecer trabaja

su vestuario, y palpita en el cielo

una estrella llena de viento.


Acércame tu ausencia hasta el fondo,

pesadamente, tapándote los ojos,

crúzame tu existencia, suponiendo

que mi corazón está destruido.



/antesde/